La película que vuelve a presentar a Peter Parker, se acerca al público adolescente con un protagonista coetáneo. Es una renovación del universo de los héroes.
En sus primeras dos semanas Spiderman ha recaudado más de 200 millones de dólares sólo en Estados Unidos. El hombre araña ha tenido tres iteraciones distintas en menos de 15 años, la última vez que otro actor lo interpretó fue hace menos de cinco. Pero es esta, la de Tom Holland, la que lo incluye en el Universo Cinematográfico de Marvel (un trato con Sony que les permite acceso al personaje), la que parece estar haciendo más mella. No, no es que las anteriores no hubiesen tenido éxito. Lo tuvieron (nunca contar la tercera entrega con Tobey Maguire, un horror) pero Holland llega a refrescar a un personaje que la insistencia de los estudios por revivir una y otra vez había convertido en aburrido.
La razón de esa insistencia es que antes de que Marvel decidiera hacer sus propias películas otros estudios habían adquirido los derechos de sus personajes (de ahí la existencia de los X-Men fuera del universo o los intentos frustrados con Los cuatro fantásticos). Sony tenía en sus manos a Spidey y no quería soltarlo con facilidad. Así que lo rebooteo dos veces en menos de 10 años, con actores diferentes y volviendo a su historia de origen (¿a alguien se le podrá olvidar jamás que le picó una araña radioactiva? No. De la misma forma que nadie podrá nunca olvidar haber visto cuatro veces en la historia reciente a Batman caer en un pozo lleno de murciélagos).
Marvel, que tras años logró negociar una custodia conjunta con Sony, lo presentó con poco bombo en Capitán América: Civil War, para luego colaborar con su propia aventura, esta nueva entrega que se ha ganado a la crítica y al público.
Parte del encanto de la película es que Holland interpreta a un Peter Parker de 15 años, aún estudiante de bachillerato, que realmente tiene un rango inferior a los otros vengadores. Y eso no es malo. Holland es un Peter millennial, que se emociona con el vídeo que lleva en el móvil de cuando participó en la pelea entre vengadores como lo haría cualquier jovencito, que le habla a un público más joven y que le responde a la tendencia a lo oscuro en el mundo superhéroe (sí, es contigo universo de DC… obviando la excelente Wonder Woman) con una puñeta repleta de humor, vida y una historia de alcance más reducido, que confía en el encanto de un joven actor para contar una historia en la que no, no toda la galaxia y la humanidad van a desaparecer (ya para eso tienen otras películas).
«Este hombre araña se presenta como un respiro en unos cines llenos de batallas gigantes por la supervivencia de nuestra especie, y de todas las especies, en todas las galaxias.»
Y no sólo se trata de que Holland sea un verdadero millennial en que el público joven se ve representado. Zendaya, artista pop con 8 millones de seguidores en Twitter, aparece también en la película. Y el director le pidió a su protagonista que mirase cine y series para adolescentes (los de la suya, eso sí) como las cintas de John Hughes o Freaks & Geeks (uno de los guionistas es el ex actor de la serie, John Francis Daley) para inspirarse para su personaje. La idea era construir a un Spidey cercano y humano, hacerlo terrenal ante la grandiosas de otros personajes que están comenzando a tener problemas por su uso excesivo de la fuerza (aunque sea para salvar al planeta).
Este hombre araña se alimenta del espíritu joven y jovial de sus dos predecesores, pero además se presenta como un respiro en unos cines llenos de batallas gigantes por la supervivencia de nuestra especie, y de todas las especies, en todas las galaxias… Holland es un buen ejemplo de un camino que el cine de superhéroes comienza a recorrer, diversificando su universo y dando paso a nuevas generaciones de héroes con otro tipo de aventuras. No se olvide que Tony Stark, Capitán América o Thor, ya ni mencionar al envejecido Logan o al barbudo Bruce Wayne interpretado por Ben Affleck, llevan años en esto… y el tiempo no será tan generoso con los actores (que tienen contratos de varios años) como lo sería con sus alter egos.
Así que tienen a Spiderman, un adolescente sobrado y tímido (sí, tiene emociones encontradas e intensas como cualquier miembro de su quinta), con smartphone y redes sociales. Es el nuevo héroe millennial y tras él, muy probablemente, vengan muchos más.